BLUE no tuvo suerte. Su familia, al cambiarse de domicilio, no valoró la opción de buscar un piso donde se le permitiese tener mascota y así acabó huérfano de la familia con la que había crecido. Es un precioso cachorro muy cariñoso, dulce y juguetón que se ha criado junto a un niño de 4 años, evidenciado que se trata de un gato muy equilibrado, capaz de adaptarse a cualquier entorno.