Se le rescató de la calle sin poder moverse, con anemia grave de no poder comer por haber sufrido un golpe fuerte que le destrozó la mandíbula y la cadera. Tras varias operaciones, Leo se ha recuperado totalmente y es un gato fuerte, sano y feliz. Sociable donde los haya, tanto con gatos con los que convive y se lleva a la perfección, como con las personas de las que ha aprendido a recibir y compartir mimos y cariños. Un gato amoroso, sin lugar a dudas.