Amaya llegó en un estado físico desolador, con un resfriado que se complicó terriblemente y que ha supuesto una larga recuperación. Ya restablecida, está totalmente preparada para encontrar un hogar. Es una preciosa gatita que posee un carácter muy confiado y cariñoso, que se entrega sin temor ofreciendo sus ronroneos más tiernos.