Mauí, en concordancia con su aspecto de grandullón, es un gato tranquilo, cariñoso, bonachón, equilibrado, pacífico, casi un peluche que reclama atención y caricias constantes. Un gato que transmite mucha paz y armonía, una presencia reconfortante en el hogar y capaz de llevarse estupendamente con cualquier ser vivo que tenga a su lado.