Ha vivido toda su vida encerrado sin pisar la calle hasta que se le rescató y salió de aquella pesadilla. Su descubrimiento del mundo fue impactante, reaccionó con una emoción desbordada que ya ha aprendido a controlar. Actualmente en una casa de acogida en el campo, es un animal que ha renacido a la vida, alegre, muy sociable y cariñoso con las personas y feliz con los demás perros con los que comparte hogar y socialización.