Witch se recogió de unos jardines donde su presencia molestaba y corría peligro. Su adaptación a una casa de acogida ha sido lenta pero segura y hoy por hoy, a Witch le encantan las caricias y el contacto con las personas. No obstante, es algo desconfiada al principio y hay que ir ganando su confianza con suavidad, ternura y mucha tranquilidad.