A Bruno le dejaron abandonado en su trasportín a las puertas de la parroquia de San Bruno (Madrid). Es un precioso gato naranja clarito con ojos color miel, integrado a la perfección en su nuevo hogar que comparte con otros 6 gatos adultos. Optimista como ninguno, Bruno disfruta con todo lo que se le pone por delante, juega con sus compañeros, le gusta curiosear e investigar cualquier rincón, le encanta la compañía humana, las caricias,...y las siestas, como buen sibarita. Un gatito divertido, positivo, equilibrado y cariñoso.