Éboli nació al día siguiente de rescatar a su mamá, abandonada en una zona ajardinada. Se ha criado junto con sus hermanitos y es una cachorrita feliz de la vida. Nació sólo con un ojito, circunstancia con la que ha vivido desde el principio, siendo totalmente natural para ella. Es una gatita tierna, dulce, optimista, cariñosa y muy equilibrada.