Cuqui llama la atención por su belleza. Eso no la salvó de ser abandonada y vivir en la calle meses, hasta que nos avisaron de su abandono. Pasados los primeros meses de su readaptación a un hogar, esta persita gris plateado ha vuelto a confiar en las personas. Hoy por hoy se muestra tal y como debió ser desde el principio: cariñosa, dependiente, juguetona, activa, muy optimista,....una relación con las personas muy fácil de llevar y muy gratificante.