Daymon se rescató de la calle con unos meses, su llegada fue accidentada, no quería saber nada de nosotros. Tardó en aceptarnos y querernos; en entender que sólo queríamos ayudarle. Ha tardado, pero hoy día se ha vuelto un gato extraordinariamente receptivo, equilibrado, fiable, bonachón que adora las caricias. Le encanta tirarse boca arriba para invitarnos a acariciarle. Es además un compañero de juegos incansable, un fino cazador de pelotas y por encima de todo, un gatito muy cariñoso, capaz de crear mucha armonía en su entorno. Se entregará con contrato de adopción y reconocimiento veterinario completo (desparasitado, testado, vacunado, identificado, castrado y con cartilla).