Fue adoptada y devuelta, fue a parar a una casa de acogida supuestamente experta que no consiguió sacar nada de ella, ni tan siquiera tocarla en todo un año. Cansada y frustrada de esta falta de resultados, la entregaron a la asociación. Cuando llegó a nosotros era muy salvaje y le aterrorizaban los humanos. Poco a poco y con ayuda de PINTAS, fue acercándose a los voluntarios que con paciencia y cariño lograron ganar su confianza y vieron que le gustaban mucho las caricias (que le rasquen la tripa) y la compañía tanto de gatitos como de personas. Ahora ABBY es una gata encantadora que siempre está detrás de la puerta esperando a que llegues; adora pasar tiempo con Pintas (su amiga inseparable).
Es una gatita elegante, cariñosa, buena y sociable con personas y con gatitos, con ahora tres años de edad, es una blanquinegra guapísima, que espera su oportunidad de encontrar esa familia definitiva que se merece.
ABBY está esperando por ti…