Una de las razones de la castración de los machos es la eliminación del marcaje territorial (aunque hay muchas más) y lo lógico es que ese hábito desaparezca al cabo de unas semanas. Si no es así, es probable que los motivos del marcaje sean más de tipo emocional dado que el hormonal ha sido eliminado con la castración. Es verdad que si la castración se hace tarde, es decir, cuando el gato ya ha adquirido el hábito de marcar, a veces, puede mantenerlo a pesar de estar castrado. Por eso es importante hacerlo cuanto antes, sobre los 5-6 meses. • En primer lugar, siempre que surge un problema de comportamiento, tenemos que asegurarnos que no se deba a una enfermedad (por ejemplo del sistema urinario), por eso, el primer paso siempre tiene que ser una visita al veterinario para descartarlo. • Si el gato está bien a nivel salud, tenemos que plantearnos qué puede haberle influido para que marque sin tener ya necesidad de hacerlo: Cambios en el hogar? El gato siente amenazada su posición, y quiere asegurarla, su manera es impregnando lo suyo con su olor. Los cambios pueden ser una mudanza, la llegada de un bebé, otro animal en casa, alguna ausencia, cambio de actitud hacia él, ... ¿Dominio? Si ha llegado un nuevo gato al hogar o ve gatos a su alrededor (aunque no estén dentro de la casa, o comparte espacio con otros gatos, el marcaje sirve para establecer su dominio sobre el territorio/entorno.
SOLUCIONES / TRUCOS • Un producto llamado Feliway, que contiene una feromona calmante, puede ayudar a reducir el estrés existente en un gato. Pero se trata de un parche, no es una solución. • Es importante limpiar concienzudamente las marcas o restos de orina para evitar que vuelva a orinar en los mismos lugares. No usar lejía que podría tener un efecto contraproducente e invitarle a seguir haciéndolo. • Intentar que el nivel de estrés del gato sea muy bajo, no hacer cambios en casa, no incorporar animales nuevos, no hacer cambios en su alimentación, su arena,... • Si se ha producido la llegada de algún bebé o animal en casa, reforzar nuestro vínculo afectivo hacia él, interactuar, jugar más con él, prestarle más atención para que no se sienta desplazado ni vea peligrar todo lo suyo : espacio, afecto, posesiones (como el arenero, juguetes, rascador,...) • Habilitarle, si se puede, una zona donde pueda estar solo, llevándole allí sus pertenencias, • Mantener siempre limpio el arenero, comprobar que no es un arenero demasiado pequeño para su tamaño y colocar dos si fuese necesario, • Motivarlo con premios o chuches siempre que vuelva usar el arenero para orinar.
Y siempre y sobre todo, mucha paciencia, no sirve de nada regañar y castigar, podríamos conseguir el efecto contrario al deseado.