ORIGEN
Los primeros indicios de su existencia datan del siglo XIV. Proviene del antiguo reino de Siam, actualmente Tailandia, donde estos gatos eran venerados en los templos y cuidados por los monjes.
A estos gatos los denominaban “Diamantes de Luna”, lo que nos permite hacernos una idea del valor que tenían para los monjes y aristócratas siameses; sólo los poseían las familias bien situadas, puesto que se consideraban un bien muy especial.
A nuestro continente llegaron de la mano del rey de Siam en 1880 ya que regaló dos parejas de estos gatos al cónsul general inglés en Bangkok, quien los llevó a Londres.